ORIGEN
entonces, plantó sus pies
y un micelio de ternura
inundó su alrededor
de su centro brotó un ojo
que tramó un río de miel
dio hondura a sus raíces
y se hizo hogar
tomó del sol su luz y fuego
de los cielos, agua
que repartió en sus venas
creció pulmones de bosque
parió un grito
y siguió su danza planetaria.
— MELISSA ORSINI
Borikén, El Caribe
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