LIBRES (DE ESTO)

que mis pies puedan

estar sobre yerba mojada

y mirando mis ojos

este cielo nubestrellado

sé que es un privilegio,

pero también una alegría

que me gozo en silencio

para que los grillos,

coquís y pájaros

-qué pena no ser uno-

tengan su concierto,

libres.

los árboles bailan y pienso

en cuánta gente se pierde

de esto. y a cuánta privan

de esto

sin razón válida,

mira que yo puedo

justificar lo que sea

pero no entenderé nunca

de dónde salió esta idea,

estos cojones absurdos,

una desconexión imperdonable.

las estrellas se ríen de mí

y la luna me mira

como si tuviese una deuda

con ella. haber nacido,

debe ser. qué pena no ser

gato negro

o loba acompañada

corriendo sin miedo

en la oscuridad.

 — MELISSA ORSINI 

Borikén, El Caribe